Un Atlético poderoso y valiente desnudó a un Real Madrid endeble y desconocido y le dio un meneo en el derbi. Los de Simeone fueron mejores en todo y lograron cinco goles, cuatro de ellos a balón parado, que desarbolaron al equipo de Xabi Alonso. Pésima actuación de la zaga madridista, especialmente de Huijsen, Militao y Carreras, que fueron retratados por Sorloth. Se adelantó el Atleti con gol de Le Normand y de nada sirvieron los tantos de Mbappé y Güler para poner el 1-2. Sorloth igualó antes del descanso y mereció ser expulsado por celebrarlo con la grada. En el segundo tiempo dos tantos de Julián Álvarez, uno de penalti y otro de falta, sentenciaron el derbi para los rojiblancos. Griezmann en el 93 abrochó el baño con la manita.
Era el primer derbi para Xabi Alonso al otro lado de la banda. Un examen peliagudo –»potente» lo llamó él en la previa– ante un rival duro y en un campo más hostil que un juzgado para Begoña Gómez. El Atlético en el Metropolitano es un erizo: por donde lo cojas, pincha. Fuera de casa ya es más un sugus. Y como este derbi tocaba en el feudo rojiblanco al Real Madrid le iba a tocar sudar como a un espetero para derrotar a los de Simeone.
De nada le servían al Real Madrid los nueve puntos de ventaja con los que llegaba al duelo, cocinados entre los méritos propios y los deméritos de un Atlético más irregular que los ferrocarriles de Óscar Puente en este inicio de Liga. Los de Xabi Alonso llegaban al Metropolitano con un seis de seis en victorias y los de Simeone tras sufrir para ganar al Rayo hace (menos de) 72 horas.
Xabi se guardaba una sorpresita en la alineación del Real Madrid para el derbi: Jude Bellingham. Hasta el más pintado daba por suplente al inglés en el Metropolitano, pero su entrenador tiró de galones y jerarquía y le puso a jugar. Sacrificó a Mastantuono, que viviría su primer derbi de inicio desde el banquillo. También jugaba Vinicius, faltaría más. El brasileño está en ese proceso de intentar retroceder a 2024 pero en los grandes partidos va a seguir siendo intocable. Al once regresaban también Carvajal, Militao y Tchouaméni, suplentes ante el Levante, por lo que los blancos saltaban al Metropolitano con este equipo: Courtois; Carvajal, Militao, Huijsen, Carreras; Tchouaméni, Valverde, Bellingham; Mastantuono, Vinicius y Mbappé.
Replicó Simeone con otra bomba: Sorloth titular. El noruego formaba dupla de ataque con Julián Álvarez y enviaba directo al banquillo al viejo Griezmann. En el Atlético Marcos Llorente era lateral y se comía el marrón de marcar a Vinicius, mientras que Le Normand y Lenglet deberían repartirse la vigilancia de su compatriota Mbappé. Los rojiblancos saltaban al derbi con este once: Oblak: Llorente, Le Normand, Lenglet, Hancko: Giuliano, Barrios, Koke, Nico González; Julián Álvarez y Sorloth.
Pitaba Alberola Rojas, cachas, guaperas, discípulo del hijo de Negreira y ex concursante de programas televisivos de arrimar cebolleta. Para colmo, un madrileño en el VAR: Del Cerro Grande. ¿Qué podía salir mal? En los prolegómenos del derbi el ambiente en el Metropolitano era espeluznante. Más que palpitar, rugían las gradas teñidas en rojiblanco. Tanto rugido espoleó al Atlético, que salió en tromba a comerse al Madrid.
Aprieta el Atlético
La tuvo clarísima Sorloth, que aprovechó un despiste de Militao para plantarse solito ante Courtois a los dos minutos. Por suerte, el noruego se durmió y el brasileño se rehízo para arrebatársela cuando iba a marcar. Sorloth, en su intento de remate, golpeó por detrás el tobillo de Militao, que tuvo que ser atendido por el médico del Real Madrid.
El parón bajó las pulsaciones al Atlético y los de Simeone se hicieron dueños de la pelota. Creció el Real Madrid aunque los rojiblancos tenían fuelle de sobra para seguir presionando. El segundo susto local llegó a los once minutos con una galopada impresionante de Pablo Barrios, que se la colocó en la cabeza a Sorloth para que Courtois sacara la manopla para enviarla a córner. El derbi en su inicio era de color rojiblanco.
Y los de El Cholo se llevaron su merecido premio antes del cuarto de hora. La pelota al área la puso Giuliano Simeone. Era un balón para Courtois pero Courtois no salió. Era un balón para Tchouaméni, pero Tchouaméni no saltó. Así que llegó Le Normand, se subió un poco a hombros del mediocentro del Real Madrid y fusiló con la cabeza la portería del equipo blanco. El Atlético tomaba el mando del derbi. Y con todo merecimiento.
El Atlético había olido la sangre blanca en el peor inicio de la era Xabi Alonso. Y el Metropolitano también. Los de Simeone se estaban merendando en pleno a todo el Real Madrid. Ni un sólo jugador madridista había estado a la altura del derbi en los primeros 24 minutos. Pero entonces apareció Mbappé, un jugador que no necesita ni equipo para vacunarte. Güler detectó como si tuviera un GPS al crack francés, emboscado entre camisetas rojiblancas. Y Kylian hizo lo suyo, aceleró, se metió por el pico del área, armó la diestra y la cruzó lejos del alcance de Oblak, que no podía hacer nada.
Mbappé es mucho Mbappé
El Real Madrid había igualado el derbi más por talento que por fútbol pero el Atlético acusó el sopapo. Mucho. Güler se echó al equipo a la espalda. El turco, inspirado y descarado, las pedía todas y las jugaba con criterio y veneno. El que no terminaba de comparecer en el derbi era un Vinicius algo invisible para sus compañeros. Pero no estaba desaparecido, estaba disimulando. En el 36 el brasileño aprovechó una asistencia de Mbappé, tras regalo de Le Normand, para correr por la izquierda, sentar a Llorente y al propio Le Normand, levantar la cabeza y ponerla al área grande. Por allí apareció Güler, que remató a bote pronto y batió a Oblak para darle la vuelta al derbi.
No se rindió el Atleti, que estuvo a punto de empatar un minuto después con un disparo lejano de Julián Álvarez. Por suerte para Courtois se interpuso su poste izquierdo. Luego llegó otro susto en el 43 cuando Lenglet marcó a la salida de un córner el 2-2. La cosa es que lo marcó con el antebrazo. No lo vio Alberola pero era una jugada tan descarada que el VAR tuvo que intervenir para anularlo.
Pero como el Atleti siguió insistiendo y el Real Madrid siguió dormido en el 47 llegó el 2-2. Fue una pelota cruzada que puso Koke casi desde el centro del campo. Se la comió Huijsen, que no alcanzó a despejar. Y se la comió Carreras, que dejó sin marca a Sorloth, cuyo cabezazo picado hizo inútil la estirada de Courtois. El noruego lo celebró con la grada pero, como ya tenía una amarilla, Alberola le perdonó la segunda. Pues nada, otra vez derbi igualado. Y descanso.
Remonta el Atlético
En el intermedio Xabi Alonso metió a Asencio por Militao, cuyo tobillo había dicho basta. Regresó el derbi con el Atlético en plan mandón. Otra vez los córners hacían sufrir a un Real Madrid demasiado endeble atrás. En el 50 Alberola pitó un penalti de Güler sobre Nico González. El turco tocó claramente el balón pero su pierna impactó después con el rostro del jugador rojiblanco. Penalti cuanto menos discutible pero en el VAR nadie levantó la mano, así que Julián Álvarez lo ejecutó y marcó en un solo toque el 3-2.
Vibraba el Metropolitano. El Real Madrid, otra vez, no sabía por dónde se andaba. Xabi Alonso preparó dos cambios: Mastantuono y Camavinga. Fuera Carvajal y Güler. Tchouaméni pasó al puesto de central para intentar frenar la sangría y Asencio, amonestado, caía al lateral derecho. Los blancos intentaron recuperar el pulso del derbi pero fue Sorloth el que perdonó un mano a mano ante Courtois, que sacó una mano imposible para mantener vivo al Madrid en el derbi.
No lo logró un minuto después, en el 63, cuando Julián Álvarez lanzó con precisión un golpe franco al que llegó tarde y mal Courtois. La tocó el portero del Real Madrid pero insuficiente para sacarla. Pues nada, el Atlético se ponía con dos goles de ventaja en el derbi a falta de media hora. A Simeone le dio entonces un ataque de cholismo y quitó a Sorloth para meter a Gallagher. Respondió Xabi sacando del campo a Bellingham para dar entrada a Rodrygo.
Quizá ya era demasiado tarde para un Real Madrid que nunca estuvo cómodo en el derbi. El Metropolitano palpitaba y empujaba a su equipo ante los intentos postreros de los de Xabi Alonso. Sólo Mastantuono parecía empeñado en intentar agitar un partido que los blancos habían perdido antes de bajarse del autobús.
Los minutos finales fueron una oda a la impotencia del Real Madrid, que lo intentó con balas de fogueo. Resistió el Atlético, que conquistó el derbi de forma más que merecida, y que lo abrochó con el quinto, la manita, que logró Griezmann con el Madrid ya desarbolado. Los rojiblancos terminan la séptima jornada a seis puntos del equipo madridista. Los de Xabi Alonso pierden su primer partido en la Liga y, lo que es peor, dejan una pésima imagen en el Metropolitano.